-Moraleja-dijo el narrador-: la locura es una flor en llamas. O en otras palabras, es imposible inflamar las cenizas muertas, frías, viscosas, inútiles y pecaminosas de la sensatez.

Angela Gorodischer
en La resurrección de la carne.

31.1.10

el Jimmy en Viena



Ayer , estábamos con un amigo, preparando esas cositas tipo tacos, que de tacos no tienen nada, pero que son ricas igual.
Y puse música, una música que nos gustara a los tres, un adolescente, y a nosotros dos, que podemos cantar  el Ya no sé que hacer conmigo del Cuarteto de Nos, en serio, no de camulina diría mi viejo, en serio.
Y hago una pausa  aquí, para que escuchen la canción del Cuarteto, que bien vale la pena.


Bien, así estábamos ayer. Dirán , qué difícil encontrar un álbum que les guste a esas tres edades, pues no, había varios, Bob Marley, el clásico, The Rollings,  etc pa'rriba y pa'bajo , etc , etc etc. Y le llegó el turno al gran Jimmy Hendrix.
Así que ,cortando en trocitos el menjunje para los "tacos" e intercambiando andanzas de nuestras vidas, mi amigo dice al pasar :Yo lo vi a éste en vivo. -en Viena- acota.
Yo me hice la boluda, pensando: UH!!! qué chiflado está, cómo se confundió!
Pero a los dos segundos, no pude con mi curiosidad, y haciendo memoria de todos los sitios donde vivió este muchacho, pensé: Mmmm... veamos...¿Y si no se  confundió nada?
Así que tiré un suavecito: ¿A Hendrix? ¿en vivo?, ¿Cuántos años tenías?.
Diecisiete , contesta de lo más pancho mientras corta la lechuga... y lo vi en primera fila, continúa pasando la lechuga a un bol ...y hablé con él, remata mirándome , limpiándose las manos con un repasador de esos que comprás en cualquier chino por cinco mangos.
¿QUEEEEEÉ? .... digo yo, dejando de cortar el tomate... ¿A éste? pregunta mi hijo sin cambiar el tono monocorde de su voz cambiada...
Sí -nos dice buscando el tacho de basura- él se había cortado el pelo, esa melena afro que tenía en este disco, ves? y yo le dije: (y me reprodujo en inglés algo así como ) HEY flaco, por qué lo hiciste? y él me contestó....
Ya a esa altura, yo estaba sorda, sorda de la emoción. Jimmy. El grande. Me sentía como esas muchachas de pueblos perdidos entre las montañas cuando llega un alguien que le tocó la mano a un artista de la tele. Estúpidamente cholula.
Ni envidia me dio. Nada. Sólo vi la tapa de la revista Pelo, con la foto del músico, y un titular que decía, murió Hendrix, al lado.
Es la primera persona que conozco que haya visto a esa bestia, a ese por el que todos deliramos alguna vez, o siempre.
Y después siguió contando anécdotas de ese teatro en Viena, cuando todos bajaron a los pasillos y la polizei  vienesa , con sus largos tapados y su marcha lenta , iba disuadiendo a  los pobres giles que bajaron, como hacíamos todos, en los recitales, sacábamos la entrada más barata y después bajábamos raudos por la escalera, en patota, para estar más cerca. No había pogos en esa época, sólo el fanatismo de ver quién había llegado más cerca, pagando menos.
En fin, les quería contar sólo eso.
A mí me emocionó. ¿Vieron que estúpida soy para emocionarme?

 Jimmy Hendrix en Viena el 22-1-69

( dedicado a Dany, mi brother, con el que bajé mis primeras escaleras, a Gabriel, que cumplió años pero se nos hizo tarde para llamarlo, y por supuesto a Pappo, que lamenté tanto que no estuviera anoche)

30.1.10

Pensamientos de luna llena





En la Inquisición, como cualquier persona que sabe lo que es un blog, y que tiene acceso a ellos, supongo, sabe que quemaban mujeres, por el solo hecho de serlo.
Y si tenían gatos, peor.
¿ En la Inquisición solamente? Bueno, los métodos han cambiado, pero me parece que hay unos cuantos idiotas que siguen pensando lo mismo.
Hay una falta de gracia, de mínimo respeto, de posible razonamiento, en algunos imbéciles, que me hacen acordar a las mentes perversas de la Edad Media, y no tiene nada que ver su edad.
Conozco gente de veinte, de cuarenta, o de cincuenta, que por su cabeza pasan ganas de quemar a mujeres con gatos, por el sólo hecho de existir.
En el último año conocí varios de estos personajes, y otros que, ya los conocía de antes, casi diría del útero materno, o de mi más tierna infancia, me sorprendieron con sus comentarios , sus clasificaciones, sus modos.
Desde decirme que yo estaba en todos lados, por más que no esté, casi como un dios, diríamos, a escribir anónimamente en el blog de mi hijo, que  yo me acostaba con niños de catorce años!!!, hasta la peor idiotez de negarme el saludo porque meditando se les apareció la imagen mía, uniendo parejas...!
Ojalá tuviese esos poderes, ojalá pudiera estar en todos lados aunque no esté,
pero de qué me sirve, para qué, digo yo, quisiera estar en todos y cada uno de los lados, donde la miseria humana perfora cuerpos, o en la cabeza del escritor que como Fogwill, en su bestial novela Los Pichiciegos, relata la muerte de críos clase 64? Para qué?
¡Es la fama algo que me importa? NO, rotundamente no.
 He canjeado momentos de esplendor profesional desde mi juventud, momentos en que la crítica me nombró como la mejor artista joven del año y me quería hacer notas, por ir a cambiar pañales de tela,no había guita para descartables, lavarlos y secarlos al sol, cuando nació mi sobrina. Mi sol.
Jamás me interesó una crítica en mi carrera, desde el primer momento en que un crítico  que me adoraba, llegó a a galería, y cuando vio quién me presentaba en el catálogo y haber tenido riñas de homosexuales con esa persona, me hizo una crítica absurda, que por un lado me halagaba y por el otro le contestaba a mi presentador. Yo tenía veintidós años ¿ qué iba a saber de la vida en ese momento , más que intuirla apenas? . Recuerdo que estaba en el taller de una amiga, ¿una amiga?, bueno, en esa época sí, éramos grandes amigas si no había dinero de por medio. Y le dije, voy a llamar a la dueña de la galería, porque no entiendo esta crítica...ella tampoco, sólo la entendió y me la explicó mi gran amigo, y presentador, donuorribijapi...esa crítica es una antigua revancha, me dijo, no le des bola. A los veintitrés y ya en Alemania, leí la crítica en alemán, caratulándome como la Maga de los colores, yendo en el tren a trabajar limpiando una cantina...
Así siempre, así fue mi vida.
Desde entonces, las críticas me las paso por el reverendo sitio que todo el mundo se imaginará cuál es, de acuerdo, eso sí, de acuerdo a su grado de perversión.
¿Por qué hablo hoy de estas cosas? No lo sé, estoy esperando una guitarra que no llega, tengo calor en esta ciudad pestilente y aunque no la vea, la luna llena está , y alineada con Marte.
La luna llena, me hace hablar de estas cosas, es mi luna, tengo un gato, y soy mujer. ¿Seré bruja?

28.1.10

llamados



Uno siempre espera llamados que le devuelvan las ganas de seguir luchando, no?
A veces, son llamados tontos, que no van a cambiar el curso de nuestra vida, sino solamente van a darnos la palmada en el hombro para decir, está bien, seguí, que algún día tus hijos te lo van a agradecer. Por ejemplo.
Otros, son llamados de mayor envergadura, digamos, esos que te conmueven porque te re-ubican, te hacen saltar las lágrimas de emoción, te meten como a la fuerza una sonrisa en la jeta. Tienen más que ver con las relaciones que uno entabló en su vida.
Y después están los inesperados, los que jamás uno se imaginaría le van a hacer. Y como decía Silvio al comienzo de Sueño con Serpientes, esos son los imprescindibles.


Hoy, recibí uno de esos.
Que me estampó la sonrisa, las lágrimas y me dio fuerza para seguir, seguir en este mundo de chiflados y cuerdos, de tangueros y rockeros, de putas y clientes.
Este mundo y este tiempo en el que vemos pasar ante nuestros ojos las imágenes más horripilantes casi sin darnos por aludidos.
Casi. Digo. Porque hay gente que no. Que sí se da por aludida, y batalla, como siempre, con lo que tiene a mano, la palabra, los gestos, el agradecimiento, algo.


El otro día, me retrasé para tomar el colectivo, y cuando me subí, me senté en el primer asiento de a dos, que estaba libre.
El sol, me daba en la cara, pero era un sol tibio, como las olas ya gastadas cuando llegan a la orilla, dejando su bestialidad en el océano.
Miraba todo lo que sucedía, con ojos nuevos de recién levantada. Expectante,  los retrasos no figuran en mi lista de costumbres. Así que esperaba, miraba, olía como un sabueso dónde estaba lo escondido por el destino.


Y de pronto llegó. Me di cuenta ni bien subió, frágil como un gorrión, pero entera hasta el tuétano. Digna y tierna.
Una mujer de unos ochenta años, con un vestidito solero, floreado, suave como sus gestos. No se necesita ser ruda para imponerse, ni hablar a los gritos, no?
Se sentó en el asiento libre al lado mío.
Y lo vi. A15538. Un número en su brazo izquierdo.Inmediatamente supe que no era un tatuaje  de los tantos que vi en las guiris inglesas de Lanzarote. Tatuadas y coloradas, tomando cerveza a pleno sol. No, no era ese tipo de tatuaje.
Lo reconocí porque uno así tenía Loik, un polaco amigo de mis abuelos, que andaba en bicicleta ,en mi infancia veraniega de Mar del Plata, y se detenía a hablar con papá o con la nona en la vereda. Siempre sonriente.
Mi hermana y yo le mirábamos el ojo, tenía un ojo raro. Y un número grabado. Mamá nos decía que lo habían dejado ciego de un ojo en un campo de concentración.
Auschwitz .
El mismo que la señora sentada al lado mío. Mira ó A15538. Mira Kniaziew.


Nos pusimos a hablar. Intercambiamos teléfonos. Y nos prometimos llamarnos.


Ayer, que se conmemoraba el aniversario del cierre de Auschwitz, la tuve presente todo el día, pero no la pude llamar. Fue un día raro, de no querer ver la luz, de dormir y estar echada, de pensar ¿QUO VADIS MUNDO?


Hoy la llamé para estar junto a ella, para contarle que aunque todavía no pude comprar  su libro, seguiría luchando por la verdad y la justicia. Por la memoria. Su memoria y la de tantos otros. De aquí, de allí, de Hiroshima, de donde fuera que el viento me lleve.


Y Mira, la A15538 , me llamó. Para agradecerme...¡A mí! Para decirme que me quiere regalar su libro, para decirme que la emocionó tanto mi llamado como el del agregado cultural de Roma, del cual se hizo amiga y que la llamó ayer por el mismo motivo.


Esos son los llamados que uno jamás se imagina recibir.
El de los humildes, grandes, sabios, llenos de dolor y amor, de memoria y esperanza, de supervivencia, de solidez, de nobleza. Esos, son los imprescindibles.


( si pinchan en las palabras Mira Kniaziew, leerán una nota, ya vieja, pero no importa, de cómo fue que se salvó, publicada por el diario La Nación, y si ponen Quo Vadis Mundo + Mira Kniaziew, podrán ver dónde conseguir su libro.)
La foto pertenece al blog Panta Rei. Por favor, pinchen en él, y lean el post de Alejandro Delgado.

24.1.10

Rogelio y la Samaritana

Acabo de salir de un letargo de infancia.


Sería a fines de los años 60 o principios de los 70, cuando mi hermano mayor trajo a casa un simple. Un disco simple, como le llamábamos en aquel entonces, era un disco de vinilo con una canción de un lado y otra del otro.
Como siempre que compraba un disco o un libro, hizo lo que tenía que hacer.


Nos sentó a mi hermana y a mí en la cama y nos puso en el Grundig, el "combinado" recién traído por el tío Carlitos, algo que debíamos escuchar.


La luz de las tres de la tarde se colaba por la ventana del comedor y llegaba hasta nuestra habitación. Nos brillaban los pies y las mejillas. Unos por el sol , las otras por la emoción.
 El misterio que generaba mi hermano mayor, era parte de ese juego tan íntimo, que nos unía cada vez que nos buscaba para aleccionarnos a favor o en contra de algún creador, de alguna doctrina.


Y comenzó a sonar Rogelio, de Paxti Andión, una voz rasposa, que llenaba nuestros oídos de algo nuevo. Un texto de amigos que se separan, uno toma un camino y el otro, como en el simple, está del otro lado.
En esa época, no recuerdo más, que la tristeza que me produjo su voz y el sonido de un instrumento, que me pareció el del acordeón de mi hermano , metido entre los pulloveres, en el placard , arriba de todo.
Del otro tema no recuerdo nada. Busqué en you tube y creo haberlo encontrado Samaritana.


Y les decía que salgo de un letargo porque recién, visité el muro de un amigo en facebook, que tenía un tema: si yo fuera mujer. No conocía ese tema, pero el autor me hizo añicos casi 40 años de mi vida, crash, la piedra rompió el cristal.
Me vi sentada, junto a mi hermana gemela, la alegría y la solidaridad de esos tiempos, la utopía de creer que siempre íbamos a ser así.
Rogelio y la Samaritana.
Vale la pena conocer a Paxti Andión. Para algo han inventado la wikipedia. No en vano sobrevivimos cuarenta años.

A Sergio, a Miguel por  encender la chispa y a un Rogelio, que me celebró el mejor cumpleaños que recuerde en Lanzarote, y  por supuesto a todas las Samaritanas del mundo, porque por lo escuchado, son todas iguales.


Cuando no hay yerba de ayer secándose al sol hay alegría

Este es un tangazo de los que más me gustan: Yira ,Yira.
va:
Cuando la suerte, que es grela, 
fallando y fallando 
te largue en parao.... 
Cuando estés bien en la vía, 
sin rumbo, desesperao... 
Cuando no tengas ni fe, 
ni yerba de ayer 
secándose al sol.... 
Cuando rajés los tamangos 
buscando ese mango 
que te haga morfar... 
la indiferencia del mundo 
que es sordo y es mudo 
recién sentirás.


Verás que todo es mentira, 
verás que nada es amor... 
que al mundo nada le importa 
Yira...Yira... 
Aunque te quiebre la vida, 
aunque te muerda un dolor, 
no esperes nunca una ayuda, 
ni una mano, ni un favor...


Cuando estén secas las pilas 
de todos los timbres 
que vos apretás, 
buscando un pecho fraterno 
para morir abrazao... 
Cuando te dejen tirao 
después de cinchar, 
lo mismo que a mí... 
Cuando manyés que a tu lado 
se prueban la ropa 
que vas a dejar... 
¡Te acordarás de este otario 
que un día, cansado, 
se puso a ladrar!...



La letra y la música  es de Enrique Santos Discépolo , del año 1930!!! y realmente , cada vez que lo escucho, no puedo creer que esa cabeza , en ese año, haya escupido este tangazo, la verdad...pero bueno, como hoy es dimanche, y no me quiero poner melancólica, ni bajar los niveles de endorfinas que tengo, y mucho menos bajárselas a los que están conmigo o a ustedes que me leen, les subo un pedacito , si es que puedo, de alegría. Vamos a ver. 



voilá!

22.1.10

noche en libertad

http://www.youtube.com/watch?v=Qz_pBKsEIWI

el sudor huele a vetiver o a lilas
y es perfecto

el aire lo va secando despacio
como la gata que lame el pie
la mano

la libertad es bella y sagrada
como los horizontes circulares
desde el barco que se aleja
y no se sabemos dónde va

la noche lo engulle
como a uno

y no hay miedo
sólo belleza
y gratitud

y libertad

19.1.10

Noche sin eternidad





Hay una hora a la noche en que soy feliz


cuando los barcos a Colonia del Sacramento
ya no hacen ruido
cuando los muelles de Porto Venere muestran sus luces
desde un bar cerrado
cuando en Praha nieva despacito y liviano
los gritos de los niños de Milán ya no se escuchan 
jugando en la vereda
ni las ranas de Gräfelfing croan


hay una hora de la noche en que soy feliz


escuchando a Emilio en su Bañera inventada de Valencia
mirando por la ventana de la pensión de valparaíso
el mar oscuro
el acordeón de Ivan toca solo bajo las arcadas de Marienplatz
las campanas lúgubres de Köln
el risco de Famara se parece a un tsunami
que avanza sobre la islita de La Graciosa
y el aeropuerto de Dallas extiende su mullida alfombra gris
para los cuerpos en tránsito


hay una hora, no todas las noches,
en que soy feliz
recuerdo a los "pichis"  de Fogwill
hablando del miedo
y siento que todo termina al fin


todo


alguna vez en la vida

16.1.10

Dolor de muelas

Desde esta mañana , en que recibí un mail con un artículo de Galeano sobre Haití, me pregunto, qué es lo que hace que un pueblo sea tan cruelmente diezmado por tanta injusticia?
Es como esa gente, con quienes que uno se topa en la vida,  y uno las ve normales, sin vestigios de dolencias ni cicatrices exteriores, pero cuando comienza a escuchar su historia , no puede evitar sentir que los ojos se humedecen, que los problemas por los que uno está despotricando, son tan nimios y tan banales, que comienza uno a sentir vergüenza, a sentir, una especie de pudor , de idiotez, de querer callarse para siempre y nunca , nunca más emitir una queja.

En mi vida , estuve al lado de mucha de esta gente, escuché sus historias , algunas bellamente contadas, otras no tanto, pero siempre, siempre, lo que me dijeron al final, cuando yo les preguntaba cómo habían soportado tanto dolor, la respuesta era la misma, el dolor es el mismo que vos habrás sentido, alguna vez, el dolor es de cada uno, es intransferible, es, me dijo una vez una mina que ya murió hace rato, como un dolor de muelas, nadie lo puede sentir por vos.
Algo tan pequeño, tan diminuto como un pedazo de nuestro cuerpo, nos puede llegar a volver locos.

Y sí, creo que la gente de Haití, en estos momentos, como la de Hiroshima, de Auschwitz o las de las dictaduras, que han padecido vejaciones, deben sentir , no sus muelas, sino su cuerpo como una brasa ardiente, del cual no pueden escapar, de donde no se pueden apartar, y sólo les queda el espíritu de supervivencia. La más llana y brutal .
Sin pensar, ya en nada, sólo tomar agua, cerrar los ojos, o encontrar en algún lado un bocado para meterse en la boca.
Algunos rezarán, otros gritarán hasta quedarse sin voz, y otros harán cálculos matemáticos para olvidar el dolor, quién sabe.
Pero nadie puede sentirse ajeno a ese padecimiento, y ahí viene lo que no concibo y lo que me ronda en la cabeza, desde esta mañana. Cómo podemos seguir nosotros, los que no vivimos ahí, cantando, bailando, riendo? Como al lado de la foto que se ve abajo hay otra con las rutas  hacia el mar llenas de veraneantes que en fila quieren disfrutar? Los grupos de amigos que ahora mismo escucho  desde la ventana, sus risas, sus gritos de fiebre de  sábado por la noche, es lógica? ¿es lícito sentir alegría?
Recién, hablando con mi hijo por teléfono, quien está a unos cientos de kilómetros de distancia, sentí que lo mismo que a mí me preocupa, también a él, con sus catorce, le afecta de alguna manera.
Me dijo que si en este momento se ganara la lotería, se compraría una wii, me compraría algo a mí, -lo que quieras, no importa lo que cueste-, y lo demás lo donaría para darle agua y luz a Haití.
Si alguien como él, con catorce años, puede pensar en el momento más divertido del año, las vacaciones con sus amigos, en eso, tener presente aunque más no sea en el deseo a ese pueblo, por qué las bestias , las grandes bestias mundiales, no mueven las piezas rápido, para aligerar tanta miseria?
Seguimos pensando como Montesquieu? como Hume?
Seremos tan animales?
Recuerdo hace un par de años, en un paso por el aeropuerto de Miami, encontrarme en las largas esperas de tránsito hacia Guatemala, a gente hermosa, hermosa francamente hermosa, mujeres haitianas, con toda su belleza negra y su porte impecable, ser maltratadas por los hispanoparlantes o angloparlantes de esa ciudad.
Es una de esas imágenes ,que como cuando era chica, nadie me quería explicar por qué? Por qué?
Tal vez, porque somos capaces de creernos superiores a alguien sin conocer su historia. Como dice el dicho: antes de hablar de alguien ponte en sus mocasines, no?
Ojalá, que la vida nos depare un mejor destino que a ellos, pero que si nos toca, no nos olvidemos, que así como hoy le da la espalda tanta gente, a nosotros también nos puede pasar. Y calladitos, sin chistar, la muela  nos seguirá latiendo con un dolor intransferible.


 foto tomada del diario Página 12, del día sábado 16 de enero de 2010.

15.1.10

El olvido

ella: oye...igual que tú, yo conozco el olvido.
él: no, tú no conoces el olvido.
ella: igual que tú, estoy dotada de memoria. y conozco el olvido.
él: no, tú no estás dotada de memoria.
ella: como tú, también yo intenté luchar con todas mis fuerzas contra el olvido. y he olvidado como tú. como tú, deseé tener una memoria inconsolable, una memoria de sombras y de piedra. 


                 la sombra "fotografiada" sobre la piedra de un desaparecido de hiroshima


ella: luché por mi cuenta con todas mis fuerzas, cada día. contra el horror de no comprender ya en absoluto el porqué de recordar. y como tú he olvidado.


del guión de marguerite duras: hiroshima, mon amour de alain resnais






dedicado a la gente de Haití.







11.1.10

Yes

Viajaba en tren recreando con vestigios de Yes, un film de la Potter, su propia película. Él le había dicho que la vea, sobre todo la escena del hospital. Era lo que quería al fin y al cabo. Registrar ese momento en que la luz se desplaza de un cuerpo casi muerto a uno vivo. Pero todavía no se la puede sostener. Veía los paredones pintados que podían ser locaciones y contaba cuántos segundos duraba lo que le gustaba que se viera.
Se detuvo el tren, y entró más calor del que hacía en el vagón. Pero también entró un saxo, o por lo menos vio el saxo antes que las rastas. Y entró con el saxo una guitarra y con la guitarra un bongó. Los tres portadores de los instrumentos tenían rastas. Siempre le habían gustado las rastas. Y los músicos callejeros. Osados y sin vergüenza ante la mirada reprobatoria de los que negaban con la cabeza.
Tenemos hambre, era la canción que tocaron primero.
Y recordó. Mientras pasaban la gorra recordó. Y de golpe la película se estaba armando sola. La poesía, decía él, la poesía y el cine.
Yes, la poesía, el cine y la vida.
I & thou
Gracias Federico.

8.1.10

Los laberintos de fuego de la gente de Puentetoma





como dice Lea
en la República independiente de Puentetoma
se ha realizado un espectáculo maravilloso
con plastilina
fósforos y el amor de la Milde
haciendo magia como siempre
no se lo pierdan:
http://leaimnetz.wordpress.com/


los bibilicos cantan sin cantar
el fuego arde en la nieve
y mi hermana de alma está tan lejos
mientras la verdadera me deja carteles 
sin gracia arriba de la mesa


laberintos  de siete senderos
espacios sagrados donde 
se entra humildemente
preguntando
y cuando al fin se sale la pregunta está respondida
el gnocimiento sabe mucho más que los datos del puro conocer


allí entra 
como en el cuento de Andersen
el buscador
el suplicante 
para encontrar algo más que la materia
para encontrase con viejas almas
con abuelas o padres que viajan en una estrella que se cae
mientras la noche es vieja y memoriosa


un rito renovado bajo distintos soles y lunas
desde el principio de los tiempos
un juego tan inocente y bello como los carritos de Ulises
atascándose en sus caminos


la encontraron muerta -dicen los otros-
queriéndose calentar con un fósforo
pobre niña estúpida y utópica
que jamás dejó de creer en el deseo.


Gracias Lea, Andrea Ich liebe dich sehr!!!

La pintura de arriba es una de la serie de los laberintos y labrys. Creo que del 96 ó 97.

6.1.10

Vida de perros






tuvo una familia de mierda
acorazado potemkim
¿habrá sido la guerra, el hambre, la tifus?
secretos y mentiras de tantos años
escupitajos a los perros y a los hijos
para que se pelearan entre sí


buchones
farsantes
trepadores
pro-fe-sio-nales
hermanos profesionales
y cuidadito con que les sacara el título 
o se inmiscuyera en sus asuntos
vidas privadas de pequeburgues leyendo diarios de izquierda
¿dije título?
¿qué título?
hasta eso era una falacia
mostraban la hilacha a cada rato
pura mierda


tiburones todos
rayas de las que muerden y duelen


también tuvo amigos
carroñas vivas
impotentes para decir en la cara verdades
o no
vaya uno, o mejor dicho él, a saber


nunca se acostumbró al no te metás argentino
nunca
pero así le fue
hasta su tía se lo confirmó una mañana de enero 
contándole historias de su abuela
una abuela que él odiaba
pero que su tía
sentada en la cocina y llorando
se lo dijo
le dijo que era igual a él
por el pez la boca muere, no?
no, al revés, por la boca...


tuvo minas que lo usaron y él se dejó 
creyendo que era amor
el más grande entre los grandes
como san martín
el liberador
digo el libertador
siempre por eso canturreaba por lo bajo:
no vayas a la escuela
porque san martín te espera




confundía un holandés con un chaqueño
apostaba a todo o nada
y terminaba barriendo los puchos del casino
o de la vereda
daba igual
porque sufría al pedo
su padre le dijo una vez que era trágico
y él se lo creyó
se lo tomó tan en serio
como el papel de oveja negra
invasora
rompebolas
y jodida que le atribuían sus hermanos
desde entonces
nunca más pudo sonreír




miento
cuando cogía
miento
cuando lo internaron


pero esas sonrisas resultaron falsas


hubo un solo día en el que la sonrisa le iluminó las pestañas
después de ver into the wild en un canal de cable
se subió a un muro
y apretando el palinuro de mexico entre los brazos
se tiró bajo un tren
como cinthya


o fue desde un séptimo piso mientras su hijo lloraba?

5.1.10

Los caminos de la vida



Siempre viajaron juntos, pero también siempre lo dejó partir . Desde chiquito. O siempre ella se fue de viaje. Era común entre ellos dos.
La rutina de dejarlo solo, con todas las seguridades chequeadas la había cumplido paso tras paso. Hasta le metió la estatuilla de Kwan Yin en el bolso. Todo estaba bajo control.
Menos sus lágrimas.
Esta vez , no sabía por qué, las sentía en la cara, avergonzada, como si nunca antes hubiese llorado. Como si no las conociera. No quería que él las vea. Se indignaría o preocuparía al divino botón.
Le venían flashbacks de otros tiempos. Tanta vida transcurrida juntos.
La primera vez que lo dejó en un micro para ir a una colonia de verano. Y la leche fría con chocolate, sobre la mesa, al volver del sindicato. Los llamados desde New York en el Olcott, y su amigo esperándola sin decir nada, que terminase de hablar. Eran unos minutos, pero eran como el aire para ella. Escuchar su voz aguda, de cuatro años, graciosa y hasta femenina a veces, diciéndole, yo estoy bien. La vez que volvió de Córdoba, la primera separación larga que tuvieron. Estaba nerviosa en Retiro esperando el micro, y cuando lo vio se echó a llorar de emoción, tenía cara de dormido y un gorro con los colores de un equipo de fútbol que ella no conocía, y que le había comprado su padre. Los cachetes rojos y los ojos azules bien achinados , del sueño. Cuando la vio desde arriba, abrió los ojos grandes como dos cielos de marzo y le sonrió. Y siguió el desfile, ya más grande, con muletas en el aeropuerto , esperando un avión, que lo lleve a la isla de Tenerife. Y todavía más , cuando a los diez lo despidió con un chocolate, porque quería ir al mar de su casita, después de cuatro años de ver un mar distinto, un mar turquesa, pero ajeno.
Qué era lo que desencadenaba tanta lágrima en esta partida, si siempre lo hizo casi feliz?

Quizá era la altura que no le dejaba hacerle los símbolos de protección en la frente. Ya la pasaba más de veinte centímetros. Ya tenía la voz ronca. Ya no la necesitaba. O por lo menos, lo parecía. Hasta le fastidiaba su presencia. Llevaba la mochila y el pequeño bolso ,él mismo. No la necesitaba. Le dijo que se fuera, que ya estaba.
Le molestaba que alguien notara que era su madre. Ella le dijo que muestre la autorización al chofer. Éste ni siquiera se la pidió.

Se despidió con un pasala bien. Y se fue a comprar cigarrillos. Y a llorar tranquila, lejos de él, sin que la viera. Después se quedó en la calle, esperando que saliera el micro, para verlo una vez más.
Cuando el micro pasó a su lado y él la vio allí, todavía de pie en la vereda, le sonrió.
La V de la victoria fue lo último que vio.
Y su sonrisa insinuada. Parecía la que tenía cuando subió a los dos años al micro de la colonia de vacaciones. Aunque sabía bien, que la sonrisa era porque al fin se libraba de ella.

4.1.10

Mala Pata


Les dejo un cuento  para escuchar cuando no tienen ganas de leer. Mala Pata, de Boris Vian
pinchad aquí. Gracias Leicia Gotlibowski por el dato de la web!
Hay que acostumbrarse a un narrador neutro, pero como dice Lei, mejor que la radio es!
La web es: http://www.leemp3.com y hay para elegir 3500 libracos.
y para los que no soportan que alguien neutro se los lea, vayan a esta web:
http://www.manueltalens.com/traductor/activista/40vian.htm y leerán no sólo un poema llamado El desertor, en su original francés y en la traducción de Manuel Talens, sino que tendrán la posibilidad de navegar por un sitio con textos estupendos.

Otra recomendación: Leed por favor La espuma de los días de Vian y después me cuentan.

3.1.10

Recuerdos del futuro



Hay una foto de como éramos nosotros dos entonces.  
Una foto tomada en ese blanco y negro que parece más fiel y perece revelar mucho más y mejor que todos los colores del mundo.
Aquí la tengo, no la he imaginado.
Me tranquiliza saber que algo de lo que creo recordar-algo que sucedió- me ofrezca una evidencia física e incontestable de su existencia.
Esta frase que dice Rodrigo Fresán en su libro Desde el fondo del cielo, también a mí me tranquiliza.
A veces me parece que lo que he vivido forma parte de una película, o de una novela, que yo no escribí, sólo fui su protagonista. No sé cómo me aprendí el guión. Lo aprendí. ¿Me fue dictado por los libros Akashicos? No lo sé, la cosa es que vuelvo y vuelvo a movimientos de piezas que , como en un deja vú, ya había hecho. Y si no fuera por las fotos, creería que estoy senil. Por eso me tranquilizan las evidencias físicas. Una foto, una prenda, un anillo. Algo. No lo inventé. Les guste o no les guste a los de siempre.

Ayer vi los Abrazos Rotos de Almodóvar, hacía más de una semana que la había comprado, y por H o B, llegó el fin de año sin verla. Me prometí a mi misma no ver nada el primero de enero que marque mi destino funestamente, como siempre lo hacen las películas que me alquilo, en una confusión, en una invitación, en algo. Ellas se me aparecen y hablan de lo que va a pasar en mi vida. Este año no quería que fuese así .Pero los Hados del destino cambiaron nombres, e hicieron jugarretas, para ver mi pasado que es lo mismo que el futuro citando nuevamente a Fresán:

Si el pasado es un país extranjero, entonces el futuro es una estrella lejana. 
Así que  ayer a la mañana, mi hijo me había bajado Secretos y Mentiras de Leigh, y me la ví enterita y feliz, pero cuando terminó me di cuenta que si bien hablaba de secretos y mentiras entre amantes y esposos, no era la que me habían pedido que viese para el sábado próximo, era Silk.
All right, me dije. Sigamos tratando con Elling.
Elling la traje de España en VHS, y acá ni se vio, ni creo que se vaya a  ver. Sin embargo es una de las mejores comedias suecas sobre un tema  ríspido como el de dos locos a los que le dan el alta en el hospicio, y comienzan a vivir solos en un departamento que les da el estado.
Es genial, y con mi hijo la hemos visto varias veces, para reírnos, y ponernos de buen humor.
El otro día,llevé el VHS a una casa especializada.Me la pasaron a devedé .
LLegó el primero de enero, me dormí sin poder articular ni un chau.
El dos: Elling de mañana, que bueno! Pero mi Mac no aceptaba el disco, le gritaba TRUCHO!! constantemente, haciéndome sentir  impotente. No tenía otra forma de verla. Pena, penita ,pena.
Así que anoche, cansada ya de luchar contra un destino armado y preparado para reír, puse Los abrazos rotos, de Almodovar. Película en la que hizo de doble del protagonista Lluis Homar ,el papá de mi hijo.
Y me dio escozor ver los lugares por los que yo , hace menos de cuatro años, iba y venía, reconocer en cada una de las escenas , la sombra y la luz de una isla que apenas mide 40 x 20 km, pero que está sobre el fuego, el fuego de los miles de volcanes que la habitan. Y caminar , y vivir sobre el fuego no es nada común y corriente. Se los aseguro.
Como no lo es caminar por el picón, que si bien no lo muestran en macro, se los puedo asegurar que duele, son puntitas de lava, pequeñitas que dicen, dicen los conejeros, así se llaman sus habitantes, que si caminás descalzo sobre el picón y lo aguantás, la isla te ha aceptado.
Creo que el accidente es el mismo lugar donde se mató (o lo mataron) el artista que hizo esa escultura que con el viento se mueve: son los Juguetes del Viento de César Manrique. Las escultura móviles que están diseminadas por toda la isla, y que fue lo primero que vi al llegar al aeropuerto, y lo primero que dibujó mi hijo.
Vi a Famara con su viento y me acordé de las historias de brujas que me contaban allí, la historia de Mararía, y las almas en pena que  vienen a llorar porque se hundieron en el mar. Y las viudas van a escuchar ese canto. Vienen a escuchar a sus hijos o maridos. No lo recuerdo bien. Fue le primer libro que leí en Lanzarote, hace tanto ya: Mararía de Femés. Una belleza para entender la isla.
Pues nada, aparece el Charco Verde, y una playita donde nos bañábamos en pelotas después de caminar unos kilómetros y Fran me contaba sobre su familia de pescadores y cómo se había convertido eso en una isla de guiris, o gringos.
El bungalow donde ellos se sacan la foto, era igual, igual, aunque no podría jurar que era el mismo, porque en Lanzarote son casi todos los bungalows iguales, igual al que me llevó Tom, un alemán que conocí en la guagua, a pasar tres noches con su ex Briggitte, un día que me rescató de la calle. Recuerdo tal cuál ese color en la pared, y el desayunador típico de la isla.
Y así puedo reconocer cada escena, dónde estuvo filmada, La Geria, una forma única de plantar vides enterradas en todo el mundo, Los Verdes, una cueva donde se guarda el mayor secreto de Lanzarote, donde Alicia pasa a través del espejo y todo se vuelve real.
Tantos recuerdos y para colmo el día había empezado con la llegada de la novela de mi amigo Emilio Garrido, desde Valencia.
Demasiado para un comienzo de año en el que más me gustaría, borrar de mi caché las cookies , que tener tanto para contar.
Por suerte Almodóvar se apiadó de mí y mandó ese final: las películas hay que terminarlas , aún sin verlas.
Gracias Pedrito.
Y gracias Emilio por el final después del chelo:
La música es el único amor que no me hace sufrir

1.1.10

A todos mis amigos, por propiedad transitiva, mi deseo!


Es el saludo más lindo de todos los que me mandaron para empezar el año. 
Gracias Silvia! desde tu ciudad marina, que fue nuestra en algún momento del camino, 
seguirá su camino por mares, ríos, lagos y estrellas.
Gracias!